Junto a la alimentación sana y el ejercicio, el buen dormir es un pilar principal de la salud. Aplicando estos consejos harás realidad el sueño de un placentero descanso diario.
Hay que dormir
¿Piensas que podemos entrenarnos para dormir poco? Los expertos dicen que no es posible sin perjudicarnos, que no podemos engañar nuestro organismo.
La National Sleep Foundation de los Estados Unidos indica que entre los 18 y 25 años deberíamos dormir sin interrupciones de 7 a 9 horas diarias. Para adultos de 26 a 64 años se recomiendan entre 7 y 9 horas. Y mayores de 65 deberían dormir de 7 a 8 horas por día.
Salud mental
Se demostró que el sueño nocturno -principalmente su fase REM durante la cual soñamos- permite que la mente procese las experiencias diarias y las asimile. REM minimiza las hormonas del estrés, como la noradrenalina, creándose un ambiente interior propicio para lidiar con las experiencias desagradables, y eso nos permite manejarlas después con más equilibrio y serenidad.
Además, cuando dormimos poco o mal nuestro humor desmejora, nos cuesta pensar claramente y concentrarnos, corriendo más riesgo de accidentes: de automóvil y de todo tipo.
Las pastillas para dormir deberían evitarse o usarse sólo ocasionalmente. Igual que el sueño provocado por alcohol, los somníferos dificultan la fase REM y un preocupante estudio de usuarios frecuentes en 2012 reportó altos índices de depresión y mayor propensión a fallecer por diferentes causas.
Dormir mejor, estar más sanos
Tan importante es dormir que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos afirma que quienes tienen falta de sueño son más propensos a "enfermedades crónicas, como hipertensión, diabetes, depresión y obesidad, así como cáncer, mayor mortalidad"…
Dormir mal nos hace producir más las hormonas grelina y cortisol; la primera aumenta el apetito, dificultando mantener un peso saludable, mientras que la segunda nos hace más resistentes a la insulina, lo que puede acercarnos a la diabetes.
Tips para que duermas bien
1) Recibe luz natural durante el día. Nuestro organismo produce la hormona melatonina, crucial para que nos de sueño y que trae un beneficioso efecto cascada en nuestro cuerpo; para producirla debemos tener un adecuado contraste diario entre luz diurna y oscuridad nocturna, y tratar de evitar la luz, aunque sea breve, luego de acostarnos. Es conveniente la mayor oscuridad posible en tu habitación, de ser necesario cubre tus ojos con un antifaz.
2) Dormir es una rutina, proponte un número mínimo de horas de sueño y mantén un horario para dormir, incluso fines de semana.
3) Haz ejercicio regularmente durante la semana, se ha demostrado que ejercitarnos mejora la calidad del sueño.
4) Desconéctate de las noticias, y también de cualquier trabajo, por lo menos 2 horas antes de acostarte. Consagra tu habitación para dormir. Mantén televisor, radio y ordenadores fuera, y trata de no utilizarla para asuntos laborales.
5) Smartphones, tablets y similares son poderosas amenazas al sueño, ya que suelen engancharnos hasta entrada la noche, y para colmo la luz azul que proyectan se ha demostrado afecta nuestra producción de melatonina. Aunque ya Apple lanzó una configuración para sus dispositivos que disminuye la luz azul y se espera lo mismo de Google, es mejor apagarlos completamente por lo menos una hora antes de acostarnos.
6) En sueño profundo la temperatura corporal baja. Habitaciones calurosas o gruesa ropa de cama propician que despiertes y tu sueño no sea reparador. Pero conviene cubrir bien los pies porque al enfriarse pueden despertarte y aunque suene raro, ese mismo enfriamiento provoca calor en el resto del cuerpo. En cambio, un baño de agua tibia aproximadamente 1 hora antes si es recomendable, porque te relaja y además al salir termina bajando tu temperatura.
7) Si tienes problemas de sueño puede ayudar un "ritual personal". Tal vez ir bajando antes la intensidad de las luces, música relajante, leer algún libro, un masaje de tu pareja, etc. El aceite esencial de lavanda puede también ser útil: un estudio con estudiantes universitarias mostró que inhalarlo antes disminuyo significativamente el insomnio y el tiempo para conciliar el sueño.